Mason, de 40 años, llamó a un servicio de taxis pidiendo un vehículo que llevara a su hija de 14 años a casa de sus abuelos. Al puntualizar que no quería que el conductor fuera asiático, "uno de esos... ya sabe a lo que me refiero", la operadora le dijo que eso era racista y que no podía discriminar a los conductores asiáticos. Al término de la conversación, la empleada quedó tan enfadada que pasó la grabación, realizada de forma rutinaria, al tabloide británico. En su decisión, debió de influir que Mason llamó de nuevo y se quejó de ella afirmando que no era racista, que trabajaba para la BBC y que "esa mujer sin educación no tiene derecho a llamarme racista".
La BBC ha despedido a la periodista después de que el diario les avisara sobre lo que iban a publicar. "Aunque los comentarios de Sam Mason no fueron realizados en antena, sus comentarios son absolutamente inaceptables", ha afirmado un portavoz de la emisora.
publicado por: El Pais.
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